La dramaturga chilena Isidora Aguirre Tupper, autora de la clásica comedia musical "La Pérgola de las Flores" y de numerosas otras obras teatrales, falleció en una clínica de Santiago, a los 92 años, confirmó hoy su familia. La autora, que murió a causa de afecciones propias de su avanzada edad, recibió a lo largo de su trayectoria numerosos galardones, entre ellos el premio "Casa de las Américas", en 1987, por su obra "El Retablo de Yumbel". También ganó el Premio de la Crítica por "La Pérgola de las Flores" (1960) y dos veces el premio Municipal de Santiago, por "Los Papeleros" (1964) y por "Los que van quedando en el camino" (1969). No obstante, murió sin recibir el Premio Nacional de Teatro. "Me gustaría recibir el premio nacional. Me han postulado no sé cuántas veces y no me lo dan, pero es algo que ya no me preocupa", confesó en agosto del año pasado, en una entrevista con el diario El Mercurio. Nacida en Santiago el 22 de enero de 1919, la también profesora de Teatro de la Universidad de Chile estudió técnica fílmica en Francia y dramaturgia en Chile y comenzó su trayectoria en los años cuarenta bajo el alero de los teatros universitarios. Sus primeras obras fueron las comedias "Carolina" y "La Dama del Canasto" estrenadas en 1955, después derivó hacia el teatro de contenido social, expresado en diversos estilos teatrales, como la farsa, la comedia, la comedia musical, las obras históricas, testimoniales y el teatro popular. Su primera tragedia, "Población Esperanza", escrita conjuntamente con el novelista Manuel Rojas, fue estrenada en 1959 y al año siguiente alcanzó la fama con "La Pérgola de las Flores", representada desde entonces en numerosos países de América y llevada al cine en Argentina. La popularidad de "La Pérgola de las Flores", que hasta hoy se sigue representando cada cierto tiempo, dejó en la penumbra otras obras de alto nivel creadas por Aguirre. No obstante, el año pasado se montó nuevamente "Los que van quedando en el camino", en la antigua sede del Parlamento chileno, en Santiago, que se convirtió en el mayor éxito de la temporada. Isidora Aguirre pidió a su familia ser incinerada después de su muerte. Este sábado, sus hijas gestionaban instalar su velatorio en una sala de teatro, como hubiese sido su deseo.
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